A mitad del mes de enero, San Antón con sus hogueras, abre el periplo de fiestas anuales. La recogida de leña por los alrededores de la localidad, sobre todo por parte de la chiquillería, llena de calor y color estos días fríos de invierno. La competición entre barrios por conseguir la hoguera más grande es otro de los alicientes de la fiesta. Cuando la fuerza de la hoguera desciende, se extraen brasas para asar distintas viandas junto a la misma en compañía de familiares, amigos y vecinos. Chuletas de cordero, chorizos, longanizas, panceta y sobre todo patatas, son un suculento manjar que hace soportar mejor el frío de la noche. Acabada la pitanza y si apetece ¡ A bailar a la verbena!
En el año 2007, por primera vez, el Motoclub Despiste organizó una concentración motera de invierno coincidiendo con la fiesta de las hogueras de San Antón.
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