Cuevas del Greñicas y del Candil
Artículo de Espeleo Club "El Farallón", Cantalobos, nº 9, 1994
Bajo nuestros pies y sin darnos cuenta, existe un mundo de oscuridad absoluta y belleza inimaginable, nos estamos refiriendo a las cuevas y simas que salpican nuestra geografía. Por lo general suelen encontrarse en terrenos calizos. En Montalbán la zona que reúne tal condición es la que conocemos como "La Muela".
Actualmente sólo se conocen dos cavidades de pequeñas dimensiones: la cueva del "Candil" y la cueva del "Greñicas", esta última llena de historia y leyenda. Acompañando a este artículo vienen representadas las topografías de ambas cavidades. El sistema empleado para hacer las mismas está basado prácticamente en la orientación e inclinación de una línea imaginaria que las recorre. Se toman los datos con brújula y clinómetro y se transcriben posteriormente al papel tal como aquí se observa.
La historia que arrastra la famosa cueva del Greñicas, se centra en el siglo pasado, cuando un vecino de Montalbán apodado "el Greñicas", tuvo que echarse al monte por desavenencias con un cacique de la localidad. A partir de ese momento este famoso personaje hizo suyo el monte refugiándose en dicha cueva. Desde entonces se la conocería como "la cueva del Greñicas" llegando así hasta nuestro días.
Se dice que llegó a ser muy conocido en todo Aragón, intimidando incluso a las fuerzas del orden público y que cansado de huir y vivir en el monte se marchó a Francia donde tuvo familia y murió.
Pinchando en la imagen se pueden ver algunas fotografías del paisaje que se divisa desde el mirador de La Muela y también fotografías del interior y exterior de las cuevas del Greñicas y del Candil (fotos Santi Valero)
Cueva de la Calera
No muy lejos del barrio de Peñarroyas y siguiendo el antiguo camino de herradura que llegaba y llega hasta Obón, hoy en muchos de sus tramos desaparecido por el poco transitar y el olvido, nos encontramos con la cueva de la Calera, situada en el barranco que va a desembocar a los Castilletes, llamados así por recordar sus formas a las almenas de muchos castillos.
Conocida desde antiguo por los habitantes de la zona, abre su boca en la margen izquierda del cauce, tapada a la vista por una zarza que crece aprovechando la humedad que de la cueva recibe; por su situación, hace pensar, que en época de lluvia y cuando el caudal del barranco sea aceptable, éste será engullido por la misma.
Para acceder a su interior, es necesario echar rodilla a tierra y reptar hasta plantarnos en su única sala, que ocupa por completo toda la cavidad, apoyándose ésta únicamente en una pequeña columna de piedra situada muy cerca de la entrada. Una vez dentro, resulta totalmente imposible ponerse de pie, ya que la altura media de la sala, no supera el metro de altura resultando un poco incómoda su exploración debido a este hecho.
Llevamos observando que, sistemáticamente, la cavidad sirve de lugar de hibernación para murciélagos de la especie miotis miotis, siendo estos, el único grupo de mamíferos adaptado al vuelo. Aparte de estos, nos encontramos con la fauna característica que se puede encontrar en muchas de las cuevas que salpican nuestra geografía.
Hacer referencia, que esta cavidad se encuentra formada en calizas, dolomías tableadas, con intercalaciones locales de margas y yesíferas, no encontrándose en su interior formaciones litogénicas de importancia.
Espeleo club "El Farallón", Cantalobos nº 12, dicbre. 1995
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