El pasatrés se bailaba por parejas, todos unidos en fila, cantando por las calles: subida a la iglesia, rieras... y por todos los lados, aunque como uno se cayese iban todos detrás de él. Es una canción que se baila como a saltos y todos unidos en grupos agarrados, los chicos cogiendo a las chicas de la cintura, y las chicas por el cuello a los chicos, recorriendo los sitios más dispares mientras sonaba la canción.
Al pasatrés de mi tío Juan Andrés
Al pasatrés, al pasatrés,
Al pasatrés de mi tío Juan Andrés
Al pasatrés de mi tío Juan Andrés.
A San Blas a Fuenferrada,
A Santa Águeda a Vivel
A Godos a Santa Elena
A bailar el pasatrés.
El día que más se bailaba el pasatrés era el "día de la abuela" de las fiestas del Ángel, o "día de la abuela de los mozos", es el siguiente lunes al fin de semana de estas fiestas. También se tocaba para las fiestas patronales, pero no con el ahínco que se ponía el "día de la abuela". Pues en esos días, cuando los gaiteros comenzaban a tocar el pasatrés, se dejaba lo que se estuviese haciendo y se ponían a bailar, pero no sólo un momento, se bailaba durante toda la mañana hasta la hora de comer.
Los gaiteros debían ser incombustibles; ellos eran además los que iban dirigiendo y juntando a más gente por todo el pueblo. Según cuentan "el Manuel sí que era un poco gaire", pues siempre les llevaba por los peores sitios, por el río, por los rastrojos, por el lavador (los que estaban lavando dejaban los cántaros allí abandonados), por las eras... Un día les llevó por debajo del puente de Lagarona, río abajo, para salir a la Rambla; aunque lo peor era cuando tenían que meterse por calles estrechas (recordemos que iban agarrados en grupo), entonces sí que tenían que hacer virguerías para no soltarse o caerse.
Este baile era exclusivo de mozos y mozas, los casados y casadas no participaban en el pasatrés. Lo bailaron tanto con dulzaina como con clarinete o con la misma orquesta que venía para las fiestas y que anunciaba que era la última pieza del baile.
Hoy en día esta tradición se ha perdido y la verdad es que las mozas y mozos estaban deseosos de que llegase ese momento, aunque aparentasen que lo hacían a regañadientes por tener que abandonar las faenas.
(Extraído de la revista Gaiteros de Aragón nº 13, Fernando Bravo,1999)
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